Premisa central

Imagina tener una tienda física donde los clientes entran, revisan los estantes y se van sin que puedas verlos, saludarlos o saber qué les interesó. La única interacción posible es un espacio donde pueden dejar sus datos de contacto. Al final del día, solo te queda una pared llena de post-its con nombres y números muchas veces ilegibles. Así es como se ve tu sitio web con un formulario de contacto: sin datos, sin retroalimentación, es un local digital abandonado sin alguien que lo atienda.

Así operan hoy 9 de cada 10 sitios web B2B: vitrinas mudas, sin sensores ni conversación, incapaces de transformar la curiosidad en ventas. El 85 % de las empresas todavía trabaja con tácticas digitales básicas: no rastrea eventos, desconoce su propio embudo y decide a ciegas.

Para escalar, toda empresa B2B necesita una infraestructura digital hecha de activos, flujos y sistemas que:

1

Informen con claridad lo que el visitante busca.

2

Guíen decisiones complejas en ciclos de compra largos.

3

Generen confianza sin intervención humana.

4

Soporten procesos comerciales multi-stakeholder.

5

Son medibles, optimizables y, sobre todo, escalables.

Sin esta base, cualquier campaña —por ingeniosa que sea— es solo un post-it más pegado en la puerta

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